Estamos viviendo una época de oro del diseño gráfico pero también de equívocos y tendencias que desvirtúan su verdadera función, que no es otra que el confort y la eficacia de la lectura y del mensaje.
Digo una época de oro porque los extraordinarios avances de la química, de la tecnología numérica combinada con la mecánica de los sistemas de impresión, brindan al diseñador una libertad inimaginable en mi época como profesional del diseño gráfico.
Y digo de equívocos, pues algunos piensan que diseñar es decorar. Creen que un texto es igual a una ilustración o una textura para adornar la página. Hace días vi algo imposible de leer: un texto en 6 puntos, a todo lo ancho de una página tabloide y además, impreso en tinta gris claro.
Esa libertad y esos avances son los que Manuel González Ruiz con inteligencia, creatividad y sensibilidad ha sabido conducir durante décadas de experiencia, en pro del diseño exquisito. Es un profesional de alto nivel, un veterano confiable, como se diría en el argot del gremio.
Un libro diseñado por Manuel, es un placer, un regocijo de la mirada, donde la lectura y la imagen nos trasmiten con claridad y confort su contenido.
Su obra es una indudable muestra de lo que es diseño gráfico.

Carlos CRUZ-DIEZ / París, Francia
Artista Plástico






He tenido el extraordinario placer de trabajar con Manuel González Ruiz desde hace más de una década. Manuel es un gran artista y uno de mis colaboradores mas cercanos. Manuel no crea afiches, el crea personalidad e identidad. El crea historias. Manuel hace de cada obra un personaje distinto, complejo y magnético. Es imposible dejar de ver las imágenes que el ha creado, Manuel tiene el talento extraordinario de saber traducir la esencia de la obra que estamos trabajando en imágenes. Siempre contienen algo que te atrae y seduce y te deja pensando.
No solo tiene la sensibilidad de entrar en el mundo de las obras de teatro, sino tiene el cerebro de un gran publicista. El entiende al espectador. Manuel sabe como hechizar a todos los que se enfrentar con su creación. Esa dualidad de pensar como un artista y diseñar como un publicista hace que quienes lo conocemos le digamos simplemente Mago.
Mi carrera me ha llevado desde los teatros de Caracas, hasta las salas comerciales y vanguardistas de Nueva York y a otras ciudades de Estados Unidos. Al momento de empezar un nuevo proyecto mi primer colaborador es Manuel, sin importar en que parte del mundo esté, todos mis proyectos tienen la identidad visual creada por Mago.

Michel Hausmann / Miami, USA
Director Miami New Drama






Me complace enormemente poder ofrecer este testimonio como muestra de gratitud y admiración por tu trabajo como diseñador gráfico. Durante más de 15 años, hemos colaborado en innumerables proyectos, y cada vez me sorprendes con tu arte y destreza para comprender mis ideas y convertirlas en realidad. Valorar tu talento y habilidad para captar exactamente lo que deseo es algo que no tiene precio. Además, es importante destacar que el impacto en ventas y en el crecimiento de nuestra marca gracias a tu trabajo es incalculable. Tus diseños han cautivado a nuestros clientes y han generado un crecimiento significativo en nuestra presencia y reconocimiento en el mercado. Gracias por tu dedicación y por hacer de cada proyecto una experiencia gratificante y exitosa.

Yair Rosemberg / Miami, USA
CEO La Real Foods






En días pasados leía una entrevista que le hacían a Manuel González Ruíz, en el diario Tal Cual de Caracas, allí Mago, quien vive con su bella familia desde hace tres años en Madrid, dijo que echaba muy poco de menos a Venezuela, eso me perturbó. Horas después llegaba al teatro Trasnocho y al pararme frente a la sala caí en cuenta de que los carteles de dos de los espectáculos que allí se presentan, Los Navegados y Fresa y Chocolate, son creaciones de Manuel, pensé entonces: uno es y está en lo que uno hace; eso explica que eche poco de menos a Venezuela, porque acá sigue estando su talento siendo un fiel aliado de los sueños de sus amigos.
La primera relación que el espectador tiene con un espectáculo es casi siempre con la imagen que lo convoca. Allí se define mucho del futuro que la obra tendrá. El poder definir el contenido con una simple visión es una magia que pocas veces uno encuentra. Tantas veces he sido invitado a ver una obra llevado por ese primer impulso y tantas veces he abandonado la sala pensado que lo mejor del espectáculo fue ese primer encuentro. Es allí donde Manuel González Ruíz es un mago, un aliado insustituible para tantos. Su cultura, su conocimiento desde dentro, porque también ha sido un hombre de teatro, hace que la creación de la imagen sea parte de la creación del espectáculo, nuestras conversaciones indagando acerca de cómo definir ese primera seducción al espectador me han servido y mucho para concretar la estética que luego abarcará toda la obra. Eso es un privilegio que sólo con Manuel he tenido.
Hace unos años llegaba al primer ensayo de Acto Cultural de José Ignacio Cabrujas, sólo teníamos en el Grupo Actoral 80 la necesidad de hacerla. Recuerdo decirle a los actores: “no tenemos un centavo para producirla, ni sala para representarla, pero tenemos a Mago para diseñar nuestra imagen”. Eso se tradujo en aliento inmediato para todos. Esa mañana había conversado con Manuel, y con una generosidad que todavía me conmueve y agradezco, se había auto invitado al recorrido que significaba descifrar esa hermosa obra que habla del viaje por la frustración de ser venezolano y, que sólo con la fe en descubrir un mundo distinto como hizo Colón, debíamos asumirla. Dos días después apareció en mi buzón de correo electrónico la imagen de Colón desencajado, como quien se está echando una vaina al llegar a América, que define tan claramente el universo de la obra creada por Cabrujas.
Me despido alentándolos a mirar esta exposición con la certeza que en ella encontrarán el placer y el gozo que todos no debemos desmayar en buscar.

Héctor Manrique / Caracas
Director Grupo Actoral 80






Nuestra colaboración con Manuel Gonzalez Ruiz comenzó antes de la creación de nuestra compañía de teatro Collectif Masque, en diversos proyectos y se resumía más hacia la elaboración de los afiches y dossiers de los espectaculos que realizabamos .
Cuando decidimos crear Collectif Masque, hace 10 años, la colaboración de Manuel fue esencial; él no solo nos guió en los afiches, como solíamos hacer, si no en toda la linea de comunicación, en la imagen del grupo, en la filosofía.
Manuel tiene una mirada y una sensibilidad muy especial. Es difícil hacer del teatro una imagen,
ya que el teatro es movimiento, Manuel le da ese movimiento a la imagen, Manuel es un hombre de teatro, de escenografía, es un gran director, el trae consigo este saber y esta emoción.
Nuestra compañía es muy compleja de explicar, él le ha dado claridad y ha permitido que sea accesible
al público experto y al público en general.
Es más que un diseñador, es un artista, es parte de nuestro grupo.

Mariana Araoz / París, Francia
Directora de Collectif Masque






Manuel González Ruiz observa las ideas con una mirada llena de espacio y les da cuerpo, las hace vivas en sus diseños. Para Manuel el color es una forma de música y su sonoridad se esconde en letras, en espacios, en vuelcos de la imagen.
Tengo toda una vida vinculado a la música, sin ser músico, creo que he hecho prácticamente de todo. Ha sido una relación extraña, leal pero adúltera. Pertenezco y no pertenezco.
Cuando fuimos a presentar el espectáculo El Libro de la Salsa en vivo Manuel entendió perfectamente que no se trataba de poner un libro en un escenario como tampoco de un concierto a propósito de un libro, había algo más. Había que invitar al inusual espectáculo de un músico-oyente. De alguna manera, lo digo sin pudor, el reto era bautizarme.
Manuel selló con su diseño esa extraña relación que me apellida con la música.
Siempre me costó explicarla. Nunca pensé que la vería.

César Miguel Rondón / Miami, USA
Escritor






Con Manuel hemos realizado dos películas: El chico que miente (2011) y Pelo Malo (2013). La imagen de una película es su marca de identidad, la que la definirá en su recorrido. De allí la complejidad y riqueza del trabajo. Decidir por esta primera imagen que surge siempre en colaboración con Manuel, nuestro diseñador gráfico, no es tarea fácil. Esta imagen nace antes de filmar, incluso antes de saber si la película podrá filmarse. Es una imagen que marca la esencia de lo que será en un futuro. Para llegar a eso se requiere hacer un trabajo de mucha complicidad y eso es lo que define nuestra relación de trabajo con Manuel.
Pero esta complicidad no necesariamente pasa por un estar de acuerdo constantemente, ya que además en SUDACA FILMS somos dos directoras con diferentes discursos y opiniones.
Quizás esta confrontación y lucha por obtener un resultado óptimo para un proyecto que incumbe tantas profesiones, opiniones y necesidades, hace que esta colaboración con Manuel sea cada vez más enriquecedora, nunca complaciente, siempre estimulante y compleja. Esta, creemos, es la única manera de que ese trabajo sea cada vez mejor e importante.
Cada película se ha desarrollado de manera distinta. El chico que miente nos sumerge en una poesía y belleza de paisajes, dentro de los cuales no se debía perder a nuestro personaje principal como individuo, y por supuesto su condición de una gran soledad en el mundo. Creemos que la solución gráfica lo acompaña muy bien.
Pelo Malo se desarrolla en un mundo barroco, abigarrado, complejo y su afiche permite ir descubriendo, poco a poco, las muchas capas que hay en la historia, reflejadas también en su propuesta gráfica.
Manuel defiende con vehemencia sus ideas, lo que significa que defiende con vehemencia cada uno de nuestros proyectos.

Mariana Rondón y Marité Ugás / Caracas, Venezuela
Sudaca Films






Manuel González Ruíz es, sobre todo, un gran pensador de la imagen. Yo podría destacar su trabajo como diseñador, director de arte o editor, pero por encima de esto, o englobándolos, me quedo con la primera noción, porque Manuel piensa, crea, sueña o siente a través de la imagen. No me refiero a la imagen como medio o pretexto, sino a la imagen como fin o destino. La imagen, entonces, es un lenguaje con el que se habla, con el que nos habla. A partir de allí, ya el destino está sellado: se piensa y se vive el mundo de otra manera. La realidad, finalmente, es el arte de una composición.
Trabajamos juntos por casi dos décadas, desde diferentes tribunas, y mucho hicimos: folletos, catálogos, encartados, revistas, libros, exposiciones y hasta talleres de producción editorial. Fue una etapa extraordinaria, signada por una profunda convivencia y un llamado permanente a la creatividad. Yo podría mencionar muchas realizaciones concretas que incidieron en la Venezuela cultural de las postrimerías del siglo XX, pero entre todas entresacaría la experiencia de la revista Veintiuno, que duró tres años y tuvo diecisiete ediciones. Fue, sin duda, la más importante revista cultural venezolana de los últimos tiempos, vitrina de Venezuela hacia el mundo y pista de aterrizaje del mundo en Venezuela. Veintiuno fue el logro de un gran equipo, que podría resumirse a cinco personas, entre las cuales la participación de Manuel González Ruíz fue determinante, pues la revista se concibió desde un principio como un objeto de arte. Recorrer sus ejemplares diez años después da cuenta de una apuesta que el propio país asimiló sin la valoración correspondiente.
Con su obra acumulada y sus múltiples proyectos en ciernes, Manuel González Ruiz se perfila como uno de los grandes diseñadores venezolanos de los últimos tiempos. La imagen lo toma y lo conduce, lo posee y lo colma. Sus ojos están para producir revelaciones; sus manos, para atajarlas y devolverlas al común de los mortales.

Antonio López Ortega / Caracas, Venezuela
Escritor, editor y promotor cultural venezolano
Director de Fundación Bigott hasta 2008






El encuentro con Manuel González Ruiz, su vuelo en el diseño gráfico e inteligencia en el manejo de la comunicación visual ha significado un maridaje perfecto para el Festival Internacional de Teatro de Caracas. En cada edición Manuel logra crear una imagen que expresa claramente el espíritu de la programación y dispone el camino para el encuentro con los espectadores que cada año plenan las salas de teatro y las calles de nuestra ciudad capital. Su talento y sensibilidad son extraordinarios. Es un profesional de gran calibre siempre en la búsqueda de la excelencia artística».

Carmen Ramia / Caracas, Venezuela
Presidenta Festival Internacional de Teatro de Caracas